Yo me acuerdo mal de usted

En este texto percibo a un profesor preocupado por leer algunos de los signos culturales y sociales de su tiempo, arriesga él mismo a formar parte del entramado con que puede agenciar una sensibilidad íntima, llena de signos susceptibles de ser leídos. Se destaca el trabajo y estatización de la memoria ligada ligada a la infancia y al ámbito local de esa infancia. Se advierte un sentido de pertenencia a un lugar y eso ya es ganancia en un mundo tan descentrado como el nuestro. Veo también el valor del ejercicio de la memoria, cuando un intelectual o profesor se decide a contar y, sobre todo, a compartir una serie de lecturas y sospechas sobre los ritmos de la vida moderna.Las referencias culturales y bibliografías de Yo me acuerdo mal de usted  son abundantes en los diversos textos que lo componen, la literatura y la música son, sin duda para el autor, una fuente importante desde donde asumir posturas críticas en torno a temas que son del resorte profesional de quien escribe y reflexiona, o bien porque sus preocupaciones derivan de su ejercicio docente, o bien porque ellas son estímulo para viajar, conocer, dialogar y valorar unas inquietudes intelectuales.Rigoberto Gil MontoyaProfesor-EscritorUniversidad Tecnológica de Pereira